Imaginaciones sobre «Paso de pasajes. Crítica feminista» de Gilda Luongo

Presentación en el lanzamiento del libro «Paso de pasajes. Crítica feminista» de Gilda Luongo
por Rosario Fernández

Lo que les leo a continuación no pretende ser un análisis de Paso de Pasajes, menos un análisis sociológico de éste. En el prólogo del libro intento ofrecer una posible rúbrica de lectura. Ahora, lo que deseo es simplemente contarles algunos pensamientos y sentires postlectura.

El trazo entre escritura y feminismo produce –sugiero– un lugar, un sitio en el cual nos podemos quedar, arrimar un rato para desplegar–en un cierto tipo de lenguaje– el ímpetu de nuestras luchas, de nuestros deseos. La escritura permite, en cierto sentido, decir algo en la pausa de sentarse y dejar correr la mano que traduce en su movimiento la memoria y la proyección. Ese lugar –el de la escritura y el feminismo–, pienso, podría ser una quietud en movimiento, una danza que nos mueve, emplaza el pensamiento, y nos seduce a lo político. La escritura feminista, podríamos pensar, es una danza política.

En Paso de Pasajes, la escritura feminista de Gilda es una danza que, en su invitación a movernos, a pasar por pasajes sinuosos, nos da –también– un lugar de refugio. Al menos eso fue para mí cuando lo leí. No solo la lectura de cada ensayo –en su contenido y forma– se ofreció como un refugio, sino que el conjunto, la puesta en escena de su conjunto, el ejercicio de juntar estos textos me parecía un refugio al cual Gilda nos estaba convidando. Esta escritura feminista reunida es, para mí, una invitación política amorosa.

Pienso que para ella la escritura podría ser un lugar de refugio de sus ideas, de sus preguntas, de aquello que la moviliza, que la inquieta. Pero la re-escritura, el retornar a los textos –algunos más antiguos y otros más nuevos– volver a escribir en ellos, sobre ellos, regresar para marcarlos, mirarlos, y con ello recordar, hacer memoria de ese trabajo escritural, de ese ejercicio feminista de pensar desde la memoria de nuestros pliegues escriturales, me imagino este volver –hacer camino dudoso y enérgico entre palabras– podría también ser un refugio, pero uno distinto. Incluso, uno distinto a la escritura autobiográfica. Pienso en los textos –que tanto adoramos– de Simone de Beauvoir donde intenta entender su propia subjetividad a partir de la experiencia y la política. Pienso también en el libro de Gilda Diario de Viaje De(s)madre Italia donde nos cuenta sobre sus complicidades y reajustes vitales. Estos escritos son un volver a la experiencia, pero con líneas de escritura nuevas.

El ejercicio de la re-escritura en Paso de Pasajes, es otro tipo de refugio. Uno marcado por la insistencia en hacer memoria de la propia escritura. El trabajo memorioso o de leer contra-memorias ha sido objeto de Gilda en sus ensayos. Ahora, ella lo hace con el suyo. Durante este año tenía la imagen de Gilda en su cuarto propio mirándose, observando sus palabras, ojeando sus reflexiones. Tenía la imagen de ella en una silla, apoyada en una mesa, habitando su hogar, morando sus textos, revisitando sus antiguos hogares, acomodándose, haciéndose un lugar. Me preguntaba cómo sería revisitar, así de este modo –con el objetivo de hacer un libro– sus manuscritos.

Pensaba, entonces, en la relación entre intimidad y política. Un tanto cansada de la distinción liberal público/privado, pensaba en el acto político de quedarse en el lugar de la intimidad y hacer de él una irrupción política. Irrupción porque ese quedarse no responde a las demandas de productividad, ni a los acuerdos de silencio postdictatoriales, ni a las demandas de visibilidad. Porque muchas veces pensamos que hacer feminismo es la lucha allá, en LA POLITICA, y lo es sin duda, pero también lo es en la danza de la quietud, en ese quedarse, minuciosamente –y me imagino a ratos placentera y a ratos agotadora– memoriando la escritura.

¿Y para qué memoriar la propia escritura, por qué danzar en el cuarto propio, por qué hacer política íntima? No sé si tengo una respuesta clara. Pero pienso en nuestras precariedades y las violencias múltiples de una sociedad del olvido, de la falta de justicia y de la labor de feministas, de escritorxs y sujetxs subalternos de resistir, de insistir, de interrumpir, de incomodar.

Gilda y su escritura es parte de una genealogía de mujeres, feministas, y sujetxs que escribieron, escriben, hacen una otra escritura que fisura, irrumpe, fracciona los guiones patriarcales, racistas, homofóbicos de la literatura oficial, de la historia oficial, denunciando las violencias durante la dictadura y en esta democracia cautelada, sujetada por políticas neoliberales y que nos mata de a poco y de golpe.

Gilda, y su trabajo de escritura memoriosa –esa escritura que insiste tozudamente en la memoria como estética de sobrevivencia– incomoda profundamente al sistema y sus formas de opresión y castigadoras de las diferencias. Y Gilda lo hace celebrando, visitando, marcando caminos sinuosos de sujetxs que también escriben desde otros lugares, lugares contaminados, mezclados, lugares al borde, lugares entre-medio, lugares de resistencia.

Solemos, al menos algunxs de ustedes y yo, sentirnos raras, fuera de lugar, y aprendemos muchas veces a disfrutar ese lugar. Pero, al menos para mí, ese goce es con-otrxs, con otrxs a quienes nos arrimamos, con quienes nos cobijamos, nos encontramos en esa mirada cómplice para sentir, al menos por un momento, que estamos juntas, que bailamos juntas.

Por eso planteo –en el prólogo de su libro– que este repertorio de ensayos es un archivo feminista vivo. Archivo porque hace el trabajo memorioso de guardar pensamientos de resistencia, y vivo porque nos hace todo el sentido en el actual contexto protagonizado por mujeres que alzan la voz, se organizan, se movilizan ante el acoso, el abuso, por nuestros derechos y por nuestra necesidad de existir en nuestras diferencias, disidencias, disensos. Su libro es una invitación a celebrar nuestras diferencias, un acompañamiento cómplice donde refugiarnos para encontrar allí energías para nuestras luchas.

5 de diciembre, 2018. Archivo Nacional de Chile

Texto también disponible en el sitio Biblioteca fragmentada