Jueves 20/10/2016: Lanzamiento de «La anomalía social de la Transición. Movimiento estudiantil e izquierda universitaria en el Chile de los 90» de Luis Thielemann

El próximo jueves  20 de octubre de 2016 a las 18.30 hrs. en la casa central de la Universidad de Chile, salón Domeyko, estaremos presentando nuestra última publicación, junto al historiador y profesor Sergio Grez y al sociólogo e investigador Víctor Orellana.

La tendencia unitaria del movimiento estudiantil nos muestra hasta qué punto la politización del conflicto estudiantil fue acrecentándose y, en una comprensión a contrapelo de su tiempo, se unificó en lucha contra la política educacional de la Concertación (…). La emergencia de un movimiento social que buscaba detener y transformar lo que se presentó como la modernización en forma, en plenos años del “fin de la historia”, era algo totalmente imposible según las premoniciones de los brujos académicos de los gobiernos de la Concertación. El movimiento estudiantil de los noventa fue la anomalía social de la Transición. [Luis Thielemann] 

Luis Thielemann Hernández (1981) es licenciado y magister en historia por la Universidad Católica de Chile, doctor (c) en historia por la Universidad de Chile; profesor de la Escuela de historia de la Universidad Finis Terrae y docente en la Escuela de gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile. Se ha especializado en historia social y política. Es parte del comité editor de Ariadna ediciones y de la revista Izquierdas, y miembro del equipo de investigadores de la Fundación Nodo XXI.

Del Prólogo de Víctor Orellana:
De las entrañas del movimiento estudiantil de una época en que la educación superior aún no se masifica como lo hará en la década siguiente, surgen los ingredientes necesarios para que aquellos conjuntos humanos que le siguieron pudiesen concretamente actuar como lo hicieron, y estructurar las alianzas sociales que hoy se expresan en los patrones de acción del movimiento secundario, en la unidad de la Confech y en su programa. Para que tales rasgos –hoy tan apreciados y tristemente reducidos a imágenes y fugaces selfie– pudiesen ser inventados, divulgados e internalizados, fue necesario este lento proceso de construcción y gestación del movimiento estudiantil y sus grupos más organizados. Sólo de esta manera, histórica, compleja, confusa a veces, la polaridad social neoliberal que hoy dibuja el movimiento pudo aparecer. Ni una mecánica estructura ni una ocurrencia de la “vanguardia” agotan la maduración concreta de una fuerza social, aunque por cierto actúan en ella. Lo que la explica es la complejidad de un proceso socio-histórico, en que tales dimensiones de la realidad se determinan mutuamente. Nada más, pero nada menos.
[Victor Orellana]